El síndrome de burnout en el contexto laboral colombiano: un análisis de sus causas, consecuencias y estrategias de prevención
- Roy McKenzie.
- hace 4 días
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El síndrome de burnout o síndrome de agotamiento profesional ha tomado relevancia en el contexto laboral contemporáneo debido a sus efectos devastadores en la salud mental y física de los trabajadores. Colombia, como país en desarrollo con particularidades socioeconómicas específicas, presenta condiciones laborales que potencian la aparición de este síndrome entre su población trabajadora. Según datos del Ministerio de Salud y Protección Social (2023), aproximadamente el 35% de los trabajadores colombianos han experimentado síntomas asociados al burnout en algún momento de su vida laboral, lo que evidencia la magnitud de esta problemática.
El burnout fue reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019 como un fenómeno ocupacional que resulta del estrés crónico en el lugar de trabajo que no ha sido gestionado con éxito (OMS, 2019).

Este artículo tiene como objetivo analizar las causas y consecuencias del síndrome de burnout en el contexto laboral colombiano, examinar los factores culturales, económicos y organizacionales que contribuyen a su desarrollo, y proponer estrategias de prevención e intervención basadas en evidencia científica, adaptadas a la realidad colombiana.
El contexto laboral colombiano: factores estructurales que propician el burnout
Las condiciones laborales en Colombia presentan características particulares que la diferencian de otros países y que pueden actuar como catalizadores del síndrome de burnout. Según el estudio realizado por Gómez-Ortiz y Moreno (2021), Colombia tiene uno de los índices más altos de estrés laboral en América Latina, atribuible a varios factores estructurales:
Inestabilidad laboral y precariedad en el empleo
La flexibilización del mercado laboral colombiano ha generado un aumento en la contratación temporal y por prestación de servicios. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2024), aproximadamente el 48% de la población ocupada en Colombia trabaja en condiciones de informalidad. Esta situación genera incertidumbre constante e inseguridad económica, que constituyen estresores crónicos asociados al desarrollo del burnout (García-Rubiano & Forero-Aponte, 2022).
Un estudio longitudinal realizado por Charria et al. (2020) con 450 profesionales colombianos de diversos sectores evidenció que aquellos con contratos temporales presentaban niveles significativamente más altos de agotamiento emocional que quienes tenían contratos indefinidos (p<0.01), lo que subraya la relación entre precariedad laboral y burnout.
Extensas jornadas laborales
Colombia se encuentra entre los países latinoamericanos con jornadas laborales más extensas. De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2023), los colombianos trabajan en promedio 47.8 horas semanales, significativamente por encima del promedio de los países miembros de la OCDE (36.5 horas).
La investigación de Muñoz-Rojas et al. (2022) con 620 trabajadores de Bogotá, Medellín y Cali demostró una correlación positiva (r=0.67, p<0.001) entre el número de horas trabajadas semanalmente y la prevalencia de síntomas asociados al burnout, especialmente el agotamiento emocional y físico.
Desbalance entre esfuerzo y recompensa
El modelo de Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa propuesto por Siegrist (1996) ha sido aplicado al contexto colombiano por Aristizábal et al. (2023), quienes encontraron que el 65% de una muestra de 780 trabajadores colombianos experimentaba un desequilibrio significativo entre el esfuerzo invertido y las recompensas recibidas (tanto económicas como de reconocimiento). Este desequilibrio se asoció significativamente con mayores niveles de agotamiento profesional (OR=3.2, IC 95%=2.6-3.9).
Bajos salarios y poder adquisitivo
Según el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario (2024), el salario mínimo en Colombia, aunque ha experimentado incrementos nominales, presenta un rezago en términos de poder adquisitivo real. Esta situación obliga a muchos trabajadores a tener m

últiples empleos o "rebusques" adicionales para cubrir sus necesidades básicas, lo que intensifica la carga laboral y reduce el tiempo disponible para recuperación y actividades de ocio, factores protectores contra el burnout (Rentería & Malvezzi, 2022).
Prevalencia y sectores más afectados por el burnout en Colombia
Diversos estudios epidemiológicos han intentado determinar la prevalencia del síndrome de burnout en diferentes sectores ocupacionales colombianos, encontrando variaciones significativas según la profesión y el contexto organizacional.
Sector salud
El personal sanitario constituye uno de los grupos ocupacionales más vulnerables al burnout a nivel mundial, situación que se ha exacerbado tras la pandemia por COVID-19. En Colombia, Palacio-Sañudo et al. (2023) realizaron un estudio con 1,230 profesionales de la salud de 15 instituciones hospitalarias, encontrando una prevalencia global de burnout del 43.2%, con mayores tasas entre personal de enfermería (51.7%) y médicos en áreas de emergencia (48.5%).
Los factores específicos asociados al burnout en este sector incluyen la sobrecarga asistencial, turnos rotatorios que alteran los ciclos circadianos, presión por la toma de decisiones críticas y exposición constante al sufrimiento humano (Cogollo-Milanés & Batista, 2022).
Sector educativo
Los docentes colombianos enfrentan condiciones laborales particularmente desafiantes. Díaz-Bambula y Gómez (2021) evaluaron a 830 docentes de instituciones públicas en seis departamentos colombianos, identificando una prevalencia de burnout del 37.4%. Los factores asociados incluyeron sobrecarga administrativa, grupos numerosos de estudiantes, violencia escolar, y bajos salarios en comparación con la responsabilidad social que implica la profesión.
Un hallazgo relevante de este estudio fue la diferencia significativa (p<0.05) en los niveles de burnout entre docentes de zonas urbanas (35.1%) y rurales (42.7%), asociada a condiciones más precarias de infraestructura y mayores dificultades de acceso en estas últimas.
Sector servicios y centros de atención al cliente
Los trabajadores de centros de llamadas (call centers) y servicios de atención al cliente representan otro grupo de alto riesgo. Según Vesga-Rodríguez et al. (2023), quienes evaluaron a 570 operadores de call centers en Bogotá, Medellín y Barranquilla, la prevalencia de burnout alcanzó el 48.7%, una de las más altas reportadas en estudios nacionales. Los principales factores asociados fueron la monotonía de las tareas, la presión constante por cumplir métricas de productividad, la supervisión intensiva y el manejo frecuente de situaciones conflictivas con clientes.
Consecuencias del burnout en el contexto colombiano
El síndrome de burnout genera repercusiones que trascienden el ámbito individual, afectando también a las organizaciones y al sistema de salud colombiano en su conjunto.
Impacto en la salud física y mental
Varios estudios han documentado la asociación entre burnout y diversas alteraciones de salud en población trabajadora colombiana. Valencia-Molina et al. (2022) identificaron, en una muestra de 945 trabajadores con diagnóstico de burnout, mayor prevalencia de trastornos musculoesqueléticos (OR=2.4), alteraciones gastrointestinales (OR=1.9), cefaleas tensionales (OR=2.7) y trastornos del sueño (OR=3.2) en comparación con trabajadores sin este síndrome.
En cuanto a la salud mental, Londoño-Vélez y Gómez-Restrepo (2023) encontraron que los trabajadores colombianos con niveles altos de burnout presentaban mayor riesgo de desarrollar trastornos depresivos (RR=2.8, IC 95%=2.3-3.4) y trastornos de ansiedad (RR=2.5, IC 95%=2.1-3.0) en un seguimiento a dos años.
Costos organizacionales y sociales
Las consecuencias del burnout también se reflejan en indicadores organizacionales y económicos. Según estimaciones del Consejo Colombiano de Seguridad (2023), el ausentismo laboral asociado a problemas de salud mental vinculados con estrés crónico y burnout representa pérdidas anuales equivalentes al 3.7% del PIB nacional.
Montoya-Agudelo y Moreno-Gómez (2022) evidenciaron que las empresas colombianas con altas tasas de burnout entre sus empleados presentaban indicadores significativamente deteriorados de productividad (-12.5%), calidad de servicio (-15.7%), y tasas de rotación hasta 3.2 veces mayores que organizaciones con estrategias efectivas de prevención e intervención.
Impacto en el sistema de salud
El burnout impone una carga adicional al sistema de salud colombiano. Cifras del Ministerio de Salud y Protección Social (2024) indican que las incapacidades médicas relacionadas con problemas de salud mental aumentaron un 28% en el último quinquenio, siendo el burnout una de las principales causas asociadas, lo que se traduce en sobrecostos para el Sistema General de Seguridad Social en Salud.
Marco legal y normativo colombiano frente al burnout
Colombia ha avanzado en el desarrollo de un marco normativo para abordar los riesgos psicosociales en el ámbito laboral, aunque persisten desafíos en su implementación efectiva.
La Resolución 2646 de 2008 del Ministerio de la Protección Social estableció disposiciones para la identificación, evaluación, prevención e intervención de los factores de riesgo psicosocial en el trabajo. Posteriormente, la Resolución 2404 de 2019 adoptó la Batería de Instrumentos para la Evaluación de Factores de Riesgo Psicosocial, herramienta que permite identificar poblaciones en riesgo de desarrollar burnout y otros problemas de salud mental ocupacional.
Sin embargo, según el análisis realizado por Vargas-Niño y Perilla-Toro (2022), la implementación de estas normativas enfrenta obstáculos como: limitada capacidad de fiscalización por parte de las autoridades laborales, desconocimiento de la normativa por parte de empleadores (especialmente en pequeñas y medianas empresas), y resistencia organizacional por los costos asociados a las intervenciones requeridas.
Estrategias de prevención e intervención adaptadas al contexto colombiano
Las estrategias para abordar el burnout deben considerar el contexto socioeconómico y cultural colombiano, implementando intervenciones en múltiples niveles.
Nivel organizacional
La evidencia sugiere que las intervenciones más efectivas son aquellas que modifican aspectos estructurales del ambiente laboral. Mejía-Díaz et al. (2023) evaluaron los resultados de un programa integral de gestión del burnout implementado en 12 empresas colombianas de diferentes sectores, que incluía:
Rediseño de procesos para reducir sobrecarga laboral
Implementación de horarios flexibles y teletrabajo parcial
Fortalecimiento de canales de comunicación y participación
Capacitación a líderes en gestión del estrés y bienestar del equipo
Los resultados mostraron reducciones significativas en las dimensiones de agotamiento emocional (-28%, p<0.001) y despersonalización (-22%, p<0.01) tras 12 meses de implementación, así como mejoras en indicadores de clima organizacional y compromiso laboral.
Nivel individual
Las intervenciones dirigidas a fortalecer recursos personales también han mostrado efectividad. Rubio-Castro y Andrade (2022) evaluaron un programa de 8 sesiones basado en mindfulness y estrategias de afrontamiento con 230 profesionales de la salud en Bogotá, evidenciando reducciones significativas en niveles de burnout (d de Cohen=0.68) y aumentos en indicadores de bienestar psicológico.
Iniciativas de política pública
A nivel macro, se requieren políticas públicas que aborden determinantes estructurales del burnout. Ramírez-Bustamante y Viáfara-López (2023) proponen, basados en análisis comparativos con países de la OCDE, medidas como:
Fortalecimiento de la inspección laboral para garantizar cumplimiento normativo
Incentivos fiscales para organizaciones que implementen programas efectivos de prevención
Desarrollo de sistemas integrados de vigilancia epidemiológica de riesgo psicosocial
Incorporación de indicadores de salud mental laboral en las mediciones oficiales de calidad del empleo
Referencias
Departamento Administrativo Nacional de Estadística. (2024). Encuesta Nacional de Calidad de Vida y Mercado Laboral 2023-2024. DANE.
Díaz-Bambula, F., & Gómez, I. C. (2021). Burnout en docentes colombianos: prevalencia y factores ocupacionales asociados en entornos urbanos y rurales. Universitas Psychologica, 20(2), 1-15. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy20-2.bdcp
García-Rubiano, M., & Forero-Aponte, C. (2022). Precariedad laboral y su relación con el estrés y agotamiento profesional en Colombia. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, 38(1), 45-57. https://doi.org/10.5093/jwop2022a4
Gómez-Ortiz, V., & Moreno, L. (2021). Factores psicosociales de origen laboral, estrés y morbilidad en el mundo. Psicología desde el Caribe, 37(2), 180-203. http://dx.doi.org/10.14482/psdc.37.2.158.72
Londoño-Vélez, J., & Gómez-Restrepo, C. (2023). Síndrome de burnout como factor predictivo de trastornos mentales en trabajadores colombianos: un estudio prospectivo. Revista Colombiana de Psiquiatría, 52(3), 178-189. https://doi.org/10.1016/j.rcp.2022.12.008
Maslach, C., Schaufeli, W. B., & Leiter, M. P. (2001). Job burnout. Annual Review of Psychology, 52, 397-422. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.52.1.397
Mejía-Díaz, L., Sánchez-Romero, C., & Bermúdez-Quintero, L. (2023). Evaluación de un programa integral de prevención del burnout en empresas colombianas. Revista Latinoamericana de Psicología Ocupacional, 42(1), 56-71. https://doi.org/10.18566/rlpo.v42n1.a05
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